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Los niños son seres muy vulnerables y necesitan protección. Cuando algo malo les sucede necesitan una ayuda adecuada. Es importante comprender que los traumas anímicos deben ser objeto de cuidado y que no basta con tomar conocimiento de ellos. Peor aun es pasarlos por alto. En efecto, todo niño traumatizado que no reciba los cuidados adecuados puede experimentar múltiples daños tanto de forma inmediata como posteriormente. Hoy sabemos que los traumas sufridos en edad temprana pueden tener repercusiones a lo largo de toda la vida. Gracias al desarrollo actual de la investigación, puede establecerse la relación directa que existe entre muchas patologías de la edad adulta y lesiones traumáticas sufridas en la fase temprana de la vida.
Pero los niños son también resistentes. Andreas Krüger describe una suerte de principio del diente de león. Al igual que esta planta, que se abre camino incluso a través del grueso asfalto, también los niños pueden encontrar una y otra vez caminos de salida ante una gran dificultad. A menudo tienen a su disposición, de forma más inmediata que los adultos, las fuerzas que se nos han dado a todos para resistir a las dificultades. Por eso mismo es tan importante para un niño recibir una ayuda temprana y adecuada.
Este libro resume de forma comprensible los conocimientos alcanzados en la actualidad por la psicotraumatología, la disciplina que estudia los traumas psíquicos, de tal modo que padres, educadores, docentes y otros agentes que tienen que ver con los niños, dispongan de una guía acerca de lo que pueden y deben hacer si el niño ha sufrido un trauma anímico.
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